Por la comunidad y para la comunidad: el auge de los supermercados cooperativos participativos

15 Nov 2021

Los supermercados cooperativos, propiedad de los mismos consumidores que lo gestionan, se basan en un modelo iniciado por los habitantes de Brooklyn, que está popularizándose en Europa.

En los últimos años, se han creado cooperativas en distintas zonas de Francia, Bélgica, Irlanda y Luxemburgo, para vender alimentos de calidad a precios accesibles.

Joe Holtz, miembro de la cooperativa Park Slope de Nueva York, explica que los miembros son una ventaja competitiva para las cooperativas. «Nuestra cooperativa se basa en una estructura realmente sólida gracias a la conexión que existe entre los miembros. Los miembros, juntos, crean la riqueza de esta cooperativa». Park Slope es, a su vez, miembro de la National Co+op Grocers, a través de la cual puede colaborar con otras tiendas de alimentos similares y mejorar la eficiencia, reducir los costes y ampliar el mercado.

En Francia, esta tendencia se inició en el año 2012 en París, cuando un grupo de personas decidió crear La Louve, una tienda cooperativa en la que se vendían productos orgánicos inspirada en el modelo de la cooperativa neoyorquina, Park Slope. Además de vender productos orgánicos a precios accesibles, su objetivo también era pagar un precio justo a los productores. Los miembros de la cooperativa podían ahorrar entre un 20 % y un 40 % en los productos de La Louve trabajando una vez cada cuatro semanas en la cooperativa. La Louve, que se describe como un supermercado cooperativo participativo, dio lugar a la aparición de otras muchas cooperativas que copiaron su modelo de negocio, como Super Quinquin en Lille, Supercoop en Burdeos, La Chouette Coop en Toulouse o Scopeli en Nantes.

Según Olivier Mugnier, secretario general de la Federación Nacional de Cooperativas de Consumidores (FNCC) de Francia, la popularidad de este modelo en el país se debe a que los ciudadanos están cada vez más interesados en consumir alimentos sanos producidos localmente y de manera responsable y están dispuestos a participar e involucrarse; el modelo cooperativo reúne ambos aspectos. Además, el cambio en la actitud de la populación respecto a las cooperativas facilitó el auge de esta tendencia. Mugnier atribuye este cambio de actitud a las actividades promocionales que tuvieron lugar en el año 2012, el Año Internacional de las Cooperativas y a la aprobación de la ley sobre economía social y solidaria (ESS) en 2014.

Del mismo modo, en el año 2014, la cooperativa Bees Coop abrió en Bruselas (Bélgica) el primer supermercado del país gestionado por sus propios consumidores. Este supermercado se basa en un sistema de «triple compromiso» por parte de sus miembros, que son a la vez, propietarios, trabajadores y usuarios. La cooperativa cuenta actualmente con más de 1500 miembros.

En Limerick (Irlanda) un grupo de vecinos abrió en 2013 una cooperativa de alimentación para la comunidad bajo el nombre de Urban Co-op. La cooperativa gestiona una tienda de alimentación y un centro de bienestar para la comunidad y cuenta con más de 2500 miembros. Tiene tres tipos de miembros según la implicación que deseen adquirir en la gestión de la cooperativa.

Alter Coop es otro supermercado cooperativo que se estableció hace unos años en Luxemburgo. Camille Lacombe, miembro de este supermercado, explica que la tienda está gestionada únicamente por sus miembros, que son los únicos consumidores. «Este sistema permite reducir los costes de funcionamiento de la tienda y los productos pueden venderse a los miembros a un precio más bajo», añade.

En 2016, abrió también en Luxemburgo, otro supermercado cooperativo, Organic Unpackaged Natural Ingredients (OUNI), que fue creado por un grupo de vecinos unidos por una pasión por la innovación y con la idea de buscar el residuo cero. Eligieron el modelo de negocio cooperativo porque vieron que la gente quería participar en su proyecto. Para dar respuesta a las distintas necesidades de la comunidad, desarrollaron una oferta de membresía híbrida, que permite a los miembros que lo deseen dedicar tiempo a la gestión del supermercado, a cambio de una reducción de un 5 % en las compras. Los miembros habituales pueden recuperar su inversión si se aprueba en la Asamblea General anual, en la que tienen derecho de voto según los principios cooperativos, es decir, un miembro, un voto.

La aparición de todos estos supermercados cooperativos es una muestra de que el modelo cooperativo es un argumento comercial. Estos comercios están aplicando el modelo cooperativo de manera distinta y adaptándolo para dar respuesta a las necesidades de las comunidades. Es probable que se mantenga la tendencia de supermercados cooperativos participativos, ya que cada vez más consumidores buscan comprar productos orgánicos locales y gestionar sus propios supermercados.

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