Iñigo Albizuri Landazabal es el Director Internacional de Asuntos Públicos de MONDRAGON en el País Vasco, España y el Presidente de CICOPA, la Organización sectorial de la ACI para las de cooperativas en la industria y los servicios. También preside el grupo de trabajo del Think Tank internacional de emprendimiento cooperativo (ICETT, por sus siglas en inglés) sobre la identidad cooperativa como ventaja competitiva. Conversamos con él para conocer sus pensamientos en torno a la identidad cooperativa.
¿Cómo ayuda la identidad cooperativa a MONDRAGON obtener una ventaja competitiva?
Iñigo Albizuri Landazabal: La identidad cooperativa es parte de nuestro ADN. Es nuestra forma de hacer las cosas. Y esto incluye el cómo hacerlas y también el “para qué” hacerlas. Nuestro objetivo siempre ha sido transformar la sociedad. Ayudar a las próximas generaciones a tener un futuro mejor. Y esto nos ha llevado a invertir en futuro y a apostar siempre por la innovación.
¿Como están MONDRAGON y sus cooperativas dando a conocer la identidad cooperativa?
Iñigo Albizuri Landazabal: Nosotros siempre hemos sido muy sensibles a la competitividad porque era la clave de la sostenibilidad. Si queremos permanecer, si queremos dejar algo mejor a las generaciones futuras ( lo que en MONDRAGON llamamos “el valor del legado”) debemos ser competitivos. Pero ahora con el gran impacto que ha tenido la pandemia, los habitantes del planeta nos hemos dado cuenta de que no podemos seguir haciendo las cosas igual porque no tenemos un planeta B. La sociedad, en general, es más sensible que nunca a la forma de hacer las cosas porque no vale hacerlas de cualquier modo esquilmando recursos y utilizando las personas sin tenerlas en cuenta. Y esto alcanza también al modelo de empresa. Por eso creemos que es un buen momento para poner en valor nuestro modelo de empresa cooperativa que es más justo y equitativo, que tiene en cuenta a la comunidad y a sus miembros. Cuando hablamos de “mercados” hablamos de personas que compran y venden. Y creo que esas personas son cada vez más conscientes de que es mejor comprar a empresas cooperativas. Porque a la vez que se satisface una necesidad se cumplen muchos otros objetivos sociales ( empleo, reparto de riqueza, etc.)
El nombre del grupo, Mondragon Corporation, fue Mondragon Cooperative Corporation hasta hace 15 años: ¿cuál fue la razón del cambio?
Iñigo Albizuri Landazabal: Si, este fue un cambio buscando nuestra verdadera identidad. Por eso lo más importante del cambio fue añadir la esencia de lo que nos une : “Humanity at work”. Este claim se ha convertido en todo un símbolo y refleja perfectamente nuestra manera de hacer empresa.
¿La naturaleza de las cooperativas que forman parte de MONDRAGON da una ventaja a la hora de percibirla por parte del público?
Iñigo Albizuri Landazabal: Por desgracia, la imagen de las cooperativas no siempre es buena dependiendo del país y el entorno de negocios. Hay aun mucho desconocimiento de lo que somos las cooperativas. Y más aun de lo que somos las cooperativas industriales. MONDRAGON figura anualmente como el grupo industrial cooperativo más grande del mundo y nuestro negocio es internacional. Además de ser el primer empleador del País Vasco y uno de los 10 primeros de España, tenemos 140 plantas productivas fuera de España y es ahí donde comprobamos estos estereotipos e ideas preconcebidas. Yo creo que la ventaja, como decía antes, puede venir en el futuro gracias a un cambio de conciencia global pero hasta ahora no ha ayudado a incrementar nuestro negocio de manera significativa.
¿Cómo ha ayudado a superar la(s) crisis económica(s) mundial(es) a la(s) que se han enfrentado desde su constitución el hecho de ser cooperativa(s) a las cooperativas de MONDRAGON?
Iñigo Albizuri Landazabal: La resiliencia de las cooperativas no es un mito, es una realidad. Y la realidad es que las cooperativas florecen en épocas de crisis. ¿Por qué? Porque cuando hay una crisis económica o sanitaria es cuando florece la solidaridad. Y la solidaridad es la base de nuestro sistema. Pero no es una idea es algo mesurable que se articula a través de fondos, de inversiones y de mecanismos internos de solidaridad y reparto de beneficios.
¿La crisis de FAGOR Electrodomésticos en 2013 ha ayudado a MONDRAGON a desarrollar mecanismos solidarios y estar mejor preparada para el COVID-19? ¿Qué papel jugó su modelo cooperativo en esto? ¿Cómo ayudan las reservas y los fondos de solidaridad?
Iñigo Albizuri Landazabal: Los mecanismos de solidaridad ya estaban diseñados y por eso la crisis no afectó al empleo ya que todos los socios trabajadores fueron reubicados. Ahí se demostró la fortaleza del sistema. Pero la experiencia sirvió para darnos cuenta de que lo importante no son los nombres de las empresas por importantes que fueran en nuestra historia sino las personas que conforman el proyecto. Y estas personas se integraron en otros proyectos cooperativos del grupo y hoy aportan su experiencia que es muy importante para no olvidar que no sabemos lo que nos depara el futuro pero que la unidad es fundamental para afrontarlo con garantías.
¿Qué papel juega Mondragon Unibertsitatea en la formación de la próxima generación de líderes empresariales cooperativos?
Iñigo Albizuri Landazabal: El trabajo de MONDRAGON es fundamental pero también lo es el de cada cooperativa y, sobre todo el de la División de conocimiento con la universidad , las escuelas profesionales y la ikastola (educación primaria y secundaria). La tarea formativa es clave y es una de la s características de nuestro modelo y la base de su éxito. Cuando pensamos en las fábricas del futuro nos imaginamos la universidad dentro de las empresas y muy conectada a los problemas reales.